La
adolescencia se caracteriza por ser una etapa decisiva en el desarrollo del ser
humano, es por ello que las circunstancias en las que se desarrolle el menor
impactan de manera positiva o negativa en su conducta, además que los hace más vulnerables
a los problemas que pueden suscitarse en su ámbito familiar, social, económico.
Actualmente
en nuestro país se ha incrementado de manera considerable el número de menores
en conflicto con la ley, acusados de haber cometido delitos graves,
sin embargo no hay una respuesta de solución por parte del estado para prevenir
que sigan aumentando las cifras. Para lo cual primeramente es necesario
conocer el origen del problema, es decir determinar qué factores son los que
influyen para que los menores sean vulnerables para cometer conductas
antisociales.
Según
un estudio realizado por UNICEF en 2009 la mayoría de los adolescentes
mexicanos que entran en conflicto con la ley son de sexo masculino tienen entre
quince y diecisiete años, presentan un retraso escolar de más de cuatro años o
han abandonado la escuela, residen en zonas urbanas marginales, trabajan en
actividades informales que no exigen cualificación laboral, y lo que obtienen
de su trabajo lo destinan al sostenimiento económico de la familia; además
suelen vivir en entornos que sin lugar a dudas influye en su desarrollo
integral.
Azaola,
E. (2016) señala que la realidad de los adolescentes en México es la suma de
factores que se entrelazan y los ponen en riesgo para que, en múltiples casos,
cometan delitos. Especialista en el tema, tras realizar investigaciones sobre
los adolescentes privados de la libertad para conocer los factores que los
llevan a delinquir y entender los tipos de delitos con que se involucran, dice
a la Agencia Informativa Conacyt que las circunstancias de desatención por
parte de la familia, la sociedad y las instituciones del Estado, contribuyen a
que tengan estas conductas. (Comisión Nacional de Derechos Humanos, 2016).
CONCLUSIÓN: De
acuerdo a lo anterior podemos establecer claramente que existe una relación entre
los factores de pobreza, educación, económicos, familia, violencia, que
impactan tanto en el desarrollo del adolescente que los vuelve vulnerables, ya
que en esta etapa se dan con mayor intensidad conductas de riesgo que son
aquellas acciones realizadas por el individuo o comunidad, que pueden llevar a
consecuencias nocivas como son las conductas antisociales. En ello radica la
importancia del estudio del tema ahora en el estado de Guerrero, para
establecer propuestas encaminadas a prevenir tempranamente el involucramiento
de jóvenes asociados a la delincuencia juvenil.
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